El Espíritu y la carne



Romanos 8:13

Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

Un verdadero cristiano se caracteriza cuando ha dejado atrás las obras de la carne y una vida de pecado. Nosotros como cristianos debemos aprender que en esta nueva vida ya no podemos ir andando complaciendo a los deseos de la carne que son los que nos separan de Dios. Adan y Eva se alejaron de DIos, porque decidieron complacer al deseo de la carne y no seguir el estatuto que Dios les impuso. Hoy en día en las iglesias cristianas adentran las cosas del mundo. Quieren esconderlo y disfrazarlo llamándolo cristiano. ¿Por qué? Porque quieren servirle a Dios pero no quieren aun dejar las cosas de la carne. Más nosotros no debemos moldear las cosas del mundo que son el deseo de la carne para introducirlas a la iglesia y así llamarlo cristiano. Con el Espíritu debemos hacer morir esas obras. ¿Cómo? En ayuno, en oración constante. De esa forma el Espíritu diariamente nos suministrará energía para que cada día podamos combatir las asechanzas del enemigo. ¿O a caso esperaras a que venga la tentación para orar?

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