Deja tu carga en mí




1 Samuel 1:18

Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.

Ana estaba pasando por una difícil situación, donde tuvo que derramarse delante de Dios. Así como Dios esperó a Ana, a que decidiera dejar su carga en las manos de Dios, Él nos espera a cada uno de nosotros. Con sus brazos extendidos nos dice: Deja tu carga en mí. Ana, dejó su carga en el Señor. Ella no oró y luego se levantó con la tristeza y se fue a su casa. Ella oró, y se levantó con fe, con alegría creyendo que en su situación Dios iba a obrar. Así mismo debemos hacer nosotros, orar creyendo en la promesa del consolador, levantarnos dejando atrás una actitud de derrota y demostrar el gozo del Señor que viene a través de su confianza. Así como Dios hizo algo en la situación de Ana, con tu situación el Señor también hará algo. Solamente, levántate de tus rodillas, sin estar más triste. Recuerda, Dios no se conmueve con el quejanto, lo que conmueve a Dios es la fe.

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