La batalla de la fe



1 Timoteo 6:12

12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.

Nosotros tenemos una batalla espiritual constante. Peliamos contra el enemigo, el pecado y la carne. Los soldados terrenales pelean por una nación, pero nosotros peleamos por algo mayor, la vida eterna. Constantemente tenemos que pelear, como dice pablo, nuestra lucha no es contra sangre ni carne sino contra huestes y potestades. Quizás no tomamos una espada y comezamos a pelear contra demonios, pero sí en oración, con la palabra de verdad, con la alabanza, la cual también tiene poder. Constantemente peliamos, quizás con ambientes cargados en la iglesia, malicias que muchas veces atormentan a las personas cuando no pueden dormir, que se vencen en oración, reclamando las promesas y alabando a Dios levantando nuestras manos en victoria. Peleamos contra el pecado, pues constantemente estamos en una lucha para no volver a aquella esclavitud del pecado en que estábamos antes de llegar a Cristo. Peleamos contra la carne quien quiere apoderarse y estar por encima del espíritu, la cual lleva todo los deseos que a Dios no le agradan. Peleamos contra todo eso con una sola meta, agradar a Dios para poder alcanzar esa vida eterna que él nos ha prometido. Si dejásemos el pecado y la carne se apoderarán de nosotros volveríamos a una vida desordenada que no es agradable a Dios. Ahora que tomamos la desición aceptando a Cristo como nuestro único salvador ¡Seamos valientes y sigamos adelante teniendo puesta la armadura del Espíritu.

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