La compasión de Dios



Oseas 11:8


¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te entregaré yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión.

Ya conocemos la historia del pueblo de Dios la cual está escrita en las Sagradas Escrituras. El pueblo entró en la idolatría y Dios manifestó su irá hacia ello. ¿Era eso lo que Dios quería para ellos? A través de este versículo podemos ver que Dios no quería destruir a Israel. El castigó a las otras dos naciones que menciona por su pecado, pero el no quería hacer lo mismo con su pueblo. Su pueblo había pecado y Dios se dolía de tener que castigarlo. Dios es juez es justo pero en ningún momento quiero un castigo sobre nosotros. El Señor se duele al tener que castigarnos, él no quiere tener que amonestarnos. Dios nos ama como a nada en el mundo, jamás quiso que tú pasaras por esa situación. Jamás deseó que tu sufrieras, pero todo esto nos pasa por las consecuencias de nuestros propios pecados. Dios jamás puede dejar pasar en alto nuestra maldad, a causa de su justicia, pero tampoco su mayor deseo es castigarno. El propósito de Dios es que entre Él y el hombre halla completa paz.

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